31 octubre 2008
Escrito en Valdemoro
AL SEÑOR
D. MANUEL TAMAYO Y BAUS
Secretario perpetuo de la Real Academia Española.
MI MUY QUERIDO MANUEL:
Hace algunas semanas que, entreteniendo nuestros ocios caniculares en esta sosegada villa de Valdemoro, de donde ya vamos á regresar á la vecina corte, hube de referirte la historia de EL CAPITÁN VENENO, tal y como vivía inédita en el archivo de mi imaginación; y recordarás que, muy prendado del asunto, me excitaste con vivas instancias á que la escribiese, en la seguridad (fueron tus bondadosas palabras) de que me daría materia para una interesante obra.
Ya está la obra escrita, y hasta impresa; y ahí te la envío. -Celebraré no haber defraudado tus esperanzas; y, por sí ó por no, te la dedico estratégicamente, poniendo bajo el amparo de tu glorioso nombre, ya que no la forma literaria, el fondo, que tan bueno te pareció, de la historia de mi CAPITÁN VENENO.
Adiós, generoso hermano. Sabes cuánto te quiere y te admira tu afectísimo hermano menor,
PEDRO.
VALDEMORO, 20 de septiembre de 1881.
D. MANUEL TAMAYO Y BAUS
Secretario perpetuo de la Real Academia Española.
MI MUY QUERIDO MANUEL:
Hace algunas semanas que, entreteniendo nuestros ocios caniculares en esta sosegada villa de Valdemoro, de donde ya vamos á regresar á la vecina corte, hube de referirte la historia de EL CAPITÁN VENENO, tal y como vivía inédita en el archivo de mi imaginación; y recordarás que, muy prendado del asunto, me excitaste con vivas instancias á que la escribiese, en la seguridad (fueron tus bondadosas palabras) de que me daría materia para una interesante obra.
Ya está la obra escrita, y hasta impresa; y ahí te la envío. -Celebraré no haber defraudado tus esperanzas; y, por sí ó por no, te la dedico estratégicamente, poniendo bajo el amparo de tu glorioso nombre, ya que no la forma literaria, el fondo, que tan bueno te pareció, de la historia de mi CAPITÁN VENENO.
Adiós, generoso hermano. Sabes cuánto te quiere y te admira tu afectísimo hermano menor,
PEDRO.
VALDEMORO, 20 de septiembre de 1881.
30 octubre 2008
El dios Pan fuera de lugar
NATURALEZA Y HECHOS DE PAN
Hay quien dice que Hermes engendró a Pan en su unión con Dríope, hija de Dríope, o con la ninfa Enoe. Se dice que era tan feo al nacer que su madre huyó de él atemorizada, y Hermes se lo llevó al Olimpo para divertir a los dioses; pero Pan era hermano adoptivo de Zeus y por lo tanto mucho mayor que Hermes. Aún hay otros que afirman que es hijo de Cronos y Rea; o de Zeus y de Hibris, siendo éste el relato menos improbable.
Vivía en Arcadia, donde guardaba rebaños de vacas y ovejas y también colmenas; participaba en las jaranas de las ninfas de los montes, y ayudaba a los cazadores a encontrar sus presas. Por lo general, era despreocupado y perezoso; lo que más le gustaba era su siesta, y se vengaba de quienes le molestaban con un grito repentino que les hacía poner los pelos de punta.
Pan sedujo a varias ninfas, tales como Eco, y Eufeme, la nodriza de las Musas, quien le dio por hijo a Croto, el Arquero del Zodíaco. En cierta ocasión intentió violar a la casta Pitis, quien sólo logró escapar de él metamorfoseándose en abeto, una rama del cual llevó desde entonces como corona. En otra ocasión persiguió a la casta Siringe hasta el río Ladón, donde ella se transformó en junco; allí, como le era imposible diferenciarla de todos los demás, cortó varios juncos al azar, y con ellos hizo una siringa. Su mayor éxito en el amor fue la seducción de Selene, que consiguió disimulando su aspecto de cabra negra y peluda con vellones blancos bien lavados. Sin haberse dado cuenta de quién era, Selene accedió a montar sobre su lomo y dejarle hacer lo que quisiese con ella.
Los dioses olímpicos, a la vez que despreciaban a Pan, se aprovechaban de sus poderes. Apolo le sonsacó el arte de predecir el futuro, y Hermes copió su flauta, declaró que era un invento suyo, y lo vendió a Apolo.
Pan es el único dios que ha muerto. Un tal Tamo, marinero en una nave que viajaba rumbo a Italia, oyó una voz divina que le gritaba desde la costa: "¡Tamo, cuando llegues a Palodes, proclama que el gran dios Pan ha muerto!" Así lo hizo Tamo y la noticia fue recibida desde la orilla con lamentos.
ROBERT GRAVES; Los mitos griegos
Hay quien dice que Hermes engendró a Pan en su unión con Dríope, hija de Dríope, o con la ninfa Enoe. Se dice que era tan feo al nacer que su madre huyó de él atemorizada, y Hermes se lo llevó al Olimpo para divertir a los dioses; pero Pan era hermano adoptivo de Zeus y por lo tanto mucho mayor que Hermes. Aún hay otros que afirman que es hijo de Cronos y Rea; o de Zeus y de Hibris, siendo éste el relato menos improbable.
Vivía en Arcadia, donde guardaba rebaños de vacas y ovejas y también colmenas; participaba en las jaranas de las ninfas de los montes, y ayudaba a los cazadores a encontrar sus presas. Por lo general, era despreocupado y perezoso; lo que más le gustaba era su siesta, y se vengaba de quienes le molestaban con un grito repentino que les hacía poner los pelos de punta.
Pan sedujo a varias ninfas, tales como Eco, y Eufeme, la nodriza de las Musas, quien le dio por hijo a Croto, el Arquero del Zodíaco. En cierta ocasión intentió violar a la casta Pitis, quien sólo logró escapar de él metamorfoseándose en abeto, una rama del cual llevó desde entonces como corona. En otra ocasión persiguió a la casta Siringe hasta el río Ladón, donde ella se transformó en junco; allí, como le era imposible diferenciarla de todos los demás, cortó varios juncos al azar, y con ellos hizo una siringa. Su mayor éxito en el amor fue la seducción de Selene, que consiguió disimulando su aspecto de cabra negra y peluda con vellones blancos bien lavados. Sin haberse dado cuenta de quién era, Selene accedió a montar sobre su lomo y dejarle hacer lo que quisiese con ella.
Los dioses olímpicos, a la vez que despreciaban a Pan, se aprovechaban de sus poderes. Apolo le sonsacó el arte de predecir el futuro, y Hermes copió su flauta, declaró que era un invento suyo, y lo vendió a Apolo.
Pan es el único dios que ha muerto. Un tal Tamo, marinero en una nave que viajaba rumbo a Italia, oyó una voz divina que le gritaba desde la costa: "¡Tamo, cuando llegues a Palodes, proclama que el gran dios Pan ha muerto!" Así lo hizo Tamo y la noticia fue recibida desde la orilla con lamentos.
ROBERT GRAVES; Los mitos griegos
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