19 julio 2022

De Pierre Louÿs en Las canciones de Bilitis: El paseante

 EL PASEANTE

Cuando estaba sentada al atardecer a la puerta de mi casa, acertó a pasar un joven. Me miró, volví la cabeza. Me habló, no le respondí.

Quiso acercárseme. Cogí una hoz apoyada en el muro y le habría hendido la cara si avanza un paso más.

Entonces, reculando un poco, sonrió y soplando hacia mí en el hueco de su mano, me dijo: «Recibe este beso». Y grité, y lloré tanto que acudió mi madre.

Agitada, creyendo que me había picado un escorpión. Yo lloraba: «Me ha besado». Y mi madre, me besó también llevándome en sus brazos.


Pierre Louÿs 
Las canciones de Bilitis

El hombre del saco de castañas y su terrible, horrible, espantoso episodio en una mansión donde no vio a nadie y estaba llena de entes

El hombre del saco de castañas y su terrible, horrible, espantoso episodio en una mansión donde no vio a nadie y estaba llena de entes

18 julio 2022

De Pierre Louÿs en Las canciones de Bilitis: Palabras maternas

 PALABRAS MATERNAS
Mi madre me baña en la oscuridad, me viste a pleno sol y me peina en la luz; pero si salgo al claro de luna, ata mi ceñidor con doble nudo.
Me dice: «Juega con las vírgenes, danza con los niños; no curiosees por la ventana; elude la palabra de los muchachos y desconfía del consejo de las viudas».
«Un atardecer, lo mismo que a todas, uno cualquiera, rodeado de sonoros tímpanos y enamoradas flautas, vendrá a buscarte».
«Esa tarde me dejarás al marcharte Bilitis tres calabazas de hiel: una para la mañana, una para el mediodía y la tercera, la más amarga, la tercera para los días feriados».

Pierre Louÿs 
Las canciones de Bilitis

El hombre del saco de castañas y su terrible, horrible, espantoso episodio en una mansión donde no vio a nadie y estaba llena de entes

El hombre del saco de castañas y su terrible, horrible, espantoso episodio en una mansión donde no vio a nadie y estaba llena de entes