11 junio 2021

11 de junio

Después de escuchar a Dusser se busca a Betancourt, el enterrador. Se enteran de que ha muerto; pero su viuda vive aún, y su deposición es interesante. Refiere que el 11 de junio de 1795, muy de mañana, su hombre, que se hallaba trabajando en la fosa común, la llamó y la invitó a descender al hoyo. Cuando ella saltó al agujero, Betancourt, «hundiendo su pala en distintos sitios», le hizo observar que «debajo no había ya nada». Se quejó la mujer de que la importunara por tan poco y él la dijo: «¡Vaya! ¿No tienes curiosidad?… ¿No me preguntas siquiera qué ha sido de este féretro?». A continuación le dijo que no sería nunca más que una bestia, y ella regresó a tender su colada, y le vio de lejos «con los brazos cruzados apoyados sobre su pala, como un hombre que piensa». Poco después la confió que él fue quien retiró de la fosa, en la misma noche del día en que fue enterrado, el féretro del Delfín, y lo había enterrado «en una fosa cavada junto a los cimientos de la iglesia, bajo la puerta del crucero de la derecha».

Araña

 lámpara, araña

10 junio 2021

10 de junio

El 29 de mayo Napoleón salió de Dresde, donde había pasado tres semanas, rodeado de una corte integrada por príncipes, duques, reyes y hasta un emperador. Antes de partir, se mostró cariñoso y agradecido con el Emperador y los príncipes y reyes que lo merecían y regañó a los reyes y príncipes de quienes estaba descontento; regaló perlas y diamantes propios —es decir, joyas arrebatadas a otros soberanos— a la emperatriz de Austria y abrazó tiernamente a la emperatriz María Luisa, dejándola —según cierto historiador— entristecida por aquella separación que, según decía, no podría soportar. María Luisa se consideraba esposa de Bonaparte, aunque el Emperador hubiera dejado otra esposa en París. A pesar de que los diplomáticos estaban firmemente convencidos de la posibilidad de la paz y trabajaran celosamente por ella; aun cuando Napoleón escribiera personalmente una carta al emperador Alejandro, llamándolo Monsieur mon frère y asegurándole que no quería en modo alguno la guerra y que lo amaría y estimaría siempre, Bonaparte viajaba en dirección a su ejército y a cada nueva etapa daba órdenes para activar el avance de las tropas hacia el este. Salió de Dresde en una carroza de seis caballos, rodeada de pajes, ayudantes de campo y escolta, por el camino de Posen, Thorn, Dantzig y Koenigsberg. En cada una de esas ciudades, miles de personas salían a su encuentro, entusiasmadas y felices.

Araña

araña

09 junio 2021

9 de junio

El día 6 de mayo de 1709, me despedí solemnemente de su majestad y de todos mis amigos. Este príncipe tuvo la gentileza de ordenar que una guardia me llevase a Glanguenstald, puerto real situado al suroeste de la isla. A los seis días encontré un barco dispuesto a embarcarme para Japón y tardé quince días hacer en el viaje. Desembarcamos en un pueblecito marinero llamado Xamoschi, en la parte sureste de Japón; dicho pueblo está en la punta oeste, donde hay una estrecha bocana que da acceso a un largo brazo de mar, al noroeste del cual se alza Yedo, la metrópoli. Al bajar a tierra enseñé a los oficiales de la aduana la carta del rey de Luggnagg para su majestad imperial. Conocían perfectamente el sello, que era ancho como la palma de la mano. Su impresión representaba a un rey levantando del suelo a un mendigo tullido. Los magistrados del pueblo, al ser informados de mi carta, me recibieron como a un ministro público; me proveyeron de carruaje y criados, y llevaron mis bultos a Yedo, donde fui recibido en audiencia y entregué la carta, que fue abierta con gran ceremonia, y explicada al emperador a través de un intérprete, quien me pidió, por orden de su majestad, que expusiese mi petición, la cual, fuera la que fuese, me sería concedida en atención a su real hermano de Luggnagg.

Vistas de Segovia

 Vistas de Segovia

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