09 mayo 2021
08 mayo 2021
8 de mayo
Si usted me pregunta ahora en qué punto intervienen los huevos y el coñac de contrabando, me veré obligado a replicar que éste es un secreto que por ley y por tradición sólo puede ser murmurado por labios oriundos de Sussex directamente junto a oídos oriundos también de Sussex. Mucho menos es permisible escribirlo, por temor de que algún celta depredador, o un nativo de Kent se apodere de la receta y usurpe nuestra capacidad de hacer un excelente Budín de Sussex, si bien es verdad que muy pocos entre estos bárbaros saben leer, y si lo saben, sólo en caracteres de gran tamaño. Pero semejante contingencia es demasiado terrible para que la contemplemos aquí.
Se necesitará, más tarde, un litro o dos de crema muy gorda.
07 mayo 2021
7 de mayo
Heatherlegh, que probablemente nos seguía, se dirigió hacia donde yo estaba.
—Doctor —dije, mostrándole mi rostro—, he aquí la firma con que la señorita Mannering ha autorizado mi destitución. Puede usted pagarme el lakh de la apuesta cuando lo crea conveniente, pues la ha perdido.
A pesar de la tristísima condición en que yo me encontraba, el gesto que hizo Heatherlegh podía mover a risa.
—Comprometo mi reputación profesional… —Fueron sus primeras palabras.
Y las interrumpí diciendo a mi vez:
—Ésas son necedades. Ha desaparecido la felicidad de mi vida. Lo mejor que usted puede hacer es llevarme consigo.
El calesín había huido. Pero antes de eso, yo perdí el conocimiento de la vida exterior. El crestón de Jakko se movía como una nube tempestuosa que avanzaba hacia mí.
Una semana más tarde, esto es, el 7 de mayo, supe que me hallaba en la casa de Heatherlegh tan débil como un niño de tierna edad. Heatherlegh me miraba fijamente desde su escritorio. Las primeras palabras que pronunció no me llevaron un gran consuelo, pero mi agotamiento era tal, que apenas si me sentí conmovido por ellas.
06 mayo 2021
6 de mayo
María de Alzueta, otra niña de unos trece años, acusó por su parte de modo concreto a María de Echagaray, francesa, mujer de un soldado, de haber realizado con ella un rapto parecido, para llevarla a una junta que se celebró en un prado junto a las ermitas de San Felipe y Santiago. La descripción del aquelarre casi es igual a la que hizo la anterior. En vista de semejantes acusaciones, las autoridades de Fuenterrabía mandaron prender a las mujeres citadas en ellas. Una vez puestas ante sus jueces María de Garro, de Mendionde, de sesenta años, casada con el soldado Joanes de Lizardi; Inesa de Gaxen, mujer de Pedro de Sanza, de cuarenta y cinco años poco más o menos, natural de Labastide Clairance; María de Marra, de Oyarzun, de sesenta y nueve y María de Echagaray, de Hasparren y de cuarenta años, negaron. Inesa parece que tenía algunos antecedentes, que había sido procesada en Francia, pero que, como demostró con documentos, fue absuelta. Era mujer enérgica por lo que se ve. Mas he aquí que después de haberse tomado todas estas declaraciones negativas, María de Marra pidió que se le tomara otra y en ella confesó que, en efecto, era bruja. Esto a 6 de mayo de 1611. Fue instigada por distintas
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